Dicen que los libros te transportan hacia otros mundos, que pueden ser viajes o paseos, poblados de aventuras. En estos cuatro libros, publicados este año, sin duda, el paseo y el viaje, son el territorio para las historias: una andanza microscópica, un arrullo amoroso, un paseo entrañable y una mudanza inesperada.
Pequeña andanza (alter ediciones, 2023), es el primer libro de María Pouse e Inés
Ferrón Gelós. Un estreno total. Se trata de un poema que escribió María y que Inés
ilustró aportando narrativa. No es azaroso el formato, está pensado a la medida de la
andanza y con la intención de propiciar un encuentro íntimo: cabe en las palmas de las
manos.
Desde la tapa invita a entrar en un mundo de tréboles, macachines y dientes de león.
Una vez, me subí a una hormiga
Cuenta la niña protagonista en la primera página, y nos lleva a acompañarla en su
pequeña andanza:
Sentada como indiecita,
miraba qué grande es el verde.
Acostada panza arriba,
qué lejano es el celeste.
Página a página, somos partícipes de sus hallazgos, que incluyen todos los sentidos. El
olor de la tierra seca, los pasitos despeinados, la suavidad de un diente de león y el
sabor de su pancito.
Las ilustraciones de Inés, pueblan la historia de vegetación y texturas. Las primeras
páginas están tomadas por el mundo de la tierra y plantas. Luego aparece el cielo y el
libro se vuelve celeste. En el final, cambia la paleta y se plantea un corte, un silencio,
que ahonda en el deseo de la niña.
Esta andanza, es la aventura que se devela ante las pequeñas cosas, la fisura del
tiempo que amplía el instante y provoca descubrimientos. Un paseo sutil y duradero,
tan pequeño y profundo como un suspiro. Tan adorable como un regalo sentido.
Duerme mi niño (Ediciones Carrusel, 2023), es la primera publicación de Mónica
Grobert, ilustrada por el talentoso y ya conocido Matías Acosta; que también estrena
editorial. Duerme mi niño y Ediciones Carrusel, nacen con este libro-canción para la
primerísima infancia. Un tesoro para leer y cantar, antes de dormir, o a la hora de la
siesta, o cuándo miramos a los ojos a los recién llegados a este mundo y queramos
abrazarlos con el sonido de nuestro amor.
Teje esta melodía un suave murmullo, que acuna, arrulla. Habla de estrellas, miradas,
palabras, cansancio, vida, y amor.
Un suave arrullo
entona mi voz.
Cierro mis ojos,
traigo esta canción
que habla de estrellas
que habla de amor.
En las primeras páginas del libro, encontrarán un QR que los llevará a la canción; con
música y ambientación sonora de Romina Pofcher, que también es la voz, tan dulce.
Las ilustraciones de Matías Acosta construyen una narración amorosa, donde los
triángulos son notas de una melodía que recorre todas las páginas, y acompañan a la
abuela/madre mientras riega, observa, escala hacia la noche y, juega: dedica su tiempo
al cuidado que es manto que abraza con mirada, calor y sonido. Un libro necesario en
todas las cunas. Un viaje hacia el mundo de los sueños.
El señor Waldemar (Libros Silvestres, Colección ñu, 2023) de Horacio Cavallo, ilustrado
por María José de Tellería; es el segundo libro que Cavallo publica en esta editorial,
antes llegó: Fábrica de escalofríos (2020).
Waldemar, el entrañable viejito protagonista de esta historia, usa una boina verde que
su hijo le trajo de regalo desde el continente lejano donde vive. Waldemar adora su
gorra verde, porque adora a su hijo. Con ella sobre su cabeza, sale a pasear por la
tarde. Cuenta árboles, pájaros, perros sueltos; que luego dibuja en la pared del antiguo
cuarto de su hijo, que ha convertido en un mural de recuerdos.
La boina de Waldemar me recordó el libro: Debajo del sombrero de un hombre con
sombrero (Milrazones, 2016), de Fran Pintadera y María Beitia: allí juegan con la idea
de que existen mundos infinitos escondidos debajo de un sombrero. Un hombre con
sombrero siempre oculta algo . ¿Qué esconde Waldemar bajo su boina? ¿Cuáles son
sus deseos, pensamientos, anhelos? ¿Caben allí sus recuerdos? Veamos. La travesía
comienza cuando un repentino viento le arranca la gorra verde de la cabeza y se la
lleva lejos. Waldemar la sigue, corre, no se detiene. En su camino, encuentra un gato,
que adopta; luego un sombrero rojo. Y así, se van sumando objetos y motivos que
mueven a Waldemar a correr trae ellos, cuando el viento los arrastra. El viento y los
pensamientos de este personaje, que empezamos a querer en las primeras páginas, se
mueven juntos hacia aquí y allá, dan gritos, saltan; y llevan a Waldemar a errar por la
ciudad. Waldemar corre de un estímulo a otro y se distrae con las maravillas que le
ofrece el paisaje. Es una historia tierna, y conmovedora: el día de un viejito solitario,
que recuerda y extraña a su hijo, que corre tras lo que pierde —siempre hay algo que
está perdiendo— hasta que es él mismo quien se pierde. Lo amoroso, es que va
haciendo amigos en el camino, y retrata una comunidad solidaria que lo acompaña.
La prosa de Cavallo es otra aventura, cada palabra tiene un lugar muy cuidado, la
invitación a imaginar es constante y el ritmo en el que avanza la historia es como el
mecanismo de una caja de música.
Corran, ahora ustedes, tras este libro.
Y tú, ¿de dónde sos? (Alterediciones, 2023) este libro, escrito por Pablo Fernández e
ilustrado por Lucía Franco; cuenta la historia de otra andanza, menos amable, al inicio,
que la del primer libro. Una mudanza a otro país: Francia. El niño protagonista es quien
narra esta historia, se despide de su escuela, sus amigos, su casa, y varios de sus
objetos queridos. En la casa nueva, comparte el cuarto con sus dos hermanos. Todo es
diferente en Francia; el idioma, los sabores, la luz del cielo, el olor del aire, el aspecto
de los semáforos. Y allí, descubre la nieve. Dentro de este viaje, hay otros viajes. La
familia compra una furgoneta y se van de paseo a conocer bosques, castillos y el
pueblito donde nació el abuelo paterno. El título: Y tú, ¿de dónde sos? , es la frase que
el niño escucha, todo el tiempo, de los niños y las niñas que los rodean; hasta que, con
las páginas pasa el tiempo, la narración avanza describiendo los días y, esta pregunta
se desvanece. Existe muchas formas de migrar, este libro cuenta una de las más
amables.
Las ilustraciones de Lucía Franco llenan de poesía la aventura, tonos cálidos
acompañan el viaje de este niño y su familia que sufre la despedida, pero encuentra un
nuevo hogar. La vida puede transcurrir en muchos sitios.
Y así, estos cuatro libros nos llevan de viaje por diversos parajes: el camino de los deseos, el mundo de los sueños, tras una boina llena de recuerdos y afecto; y, hacia un territorio ajeno que se vuelve habitable.